Científicos trabajan ya en un total de 20 vacunas, además de que han identificado un total de 30 medicamentos potenciales contra el COVID-19
- La ciencia trabaja ya en un total de 20 vacunas y ha identificado un total de 30 medicamentos potenciales contra el coronavirus COVID-19, alguno de los cuales está ya en su última fase antes de su aprobación definitiva.
Durante las últimas dos semanas, las vacunas en desarrollo que se están investigando en los laboratorios han pasado de cuatro a veinte, según los datos recopilados por Farmaindustria, que ha destacado que varios hospitales, empresas y centros de investigación españoles están al frente de esos ensayos clínicos.
Esta organización ha corroborado la colaboración entre la industria farmacéutica y los centros públicos con el objetivo de ganar tiempo y aumentar las opciones.
Según los datos recopilados por la Federación Internacional de la Industria Farmacéutica (Ifpma) -que representa a las compañías y asociaciones farmacéuticas basadas en investigación de todo el mundo y a la que pertenece la patronal española Farmaindustria– hay ya 20 vacunas en desarrollo en todo el mundo frente al coronavirus.
Además, laboratorios tienen identificados hasta una treintena de medicamentos potenciales, de los cuales 14 están en la fase inicial de investigación; otros cuatro en la fase I de desarrollo y tres en la fase II, y uno ha comenzado los ensayos de fase III, la última antes de su aprobación.
La mayoría de los laboratorios farmacéuticos implicados en estas investigaciones están desarrollando su labor en colaboración con las dos grandes redes mundiales existentes para fomentar la investigación biomédica: la Coalición para las Innovaciones y la Preparación para Epidemias (CEPI), en EE.UU., y la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI), en la Unión Europea.
En total, según los datos de Ifpma, hay actualmente unos 80 ensayos clínicos en curso para nuevos tratamientos experimentales y vacunas en desarrollo frente a coronavirus, que incluyen estudios sobre la actual COVID-19 y también frente al Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).
En el desarrollo de una posible vacuna contra el COVID-19, los investigadores calculan que antes de 12 ó 18 meses no será posible disponer de una eficaz.
Esta es la estimación “en el mejor de los casos” y supondría que una o dos de las primeras vacunas que están en desarrollo tuvieran finalmente éxito, según la Ifpma, que ha recordado además que, por lo general, apenas una de cada diez vacunas en investigación logra finalmente ser aprobada.
Entre los candidatos a conseguir esta vacuna destaca la investigación de la farmacéutica alemana CureVac, que está desarrollando una vacuna profiláctica basada en la molécula “ARNm” contra el SARS-CoV-2 en colaboración con la alianza CEPI.
CureVac espera comenzar el ensayo clínicoa principios del verano en Alemania y Bélgica.
En cuanto a los posibles medicamentos candidatos se encuentran antiviralesprobados anteriormente en patógenos como el Ébola y el VIH -que ya han comenzado rápidamente los ensayos clínicos y la revisión de la literatura para uso urgente.
Otras líneas de investigación incluyen inhibidores ACE (enzima convertidora de angiotensina), inhibidores de la proteasa o fármacos inmunoterápicos, antimaláricos y anticuerpos monoclonales, cuya actividad se ha comprobado también que puede ser relevante para hacer frente al nuevo coronavirus.
Entre el grupo de medicamentos que se están estudiando se encuentran también combinaciones de fármacos antivirales, como lopinavir y ritonavir, del laboratorio estadounidense AbbVie; el antiviral remdesivir, de Gilead, o el interferón, investigado por las farmacéuticas Roche, Merck y Bayer.
La suiza Roche también avanza con su anticuerpo monoclonal tocilizumab, que fue aprobado por China el pasado 5 de marzo para tratar a pacientes con complicaciones pulmonares por COVID-19, y ha anunciado el inicio de un ensayo de fase III con este fármaco.
Otras compañías están trabajando con medicamentos diseñados originariamente para tratar la artritis, o con fármacos derivados del plasma sanguíneo para tratar a los individuos de alto riesgo.
Con información de EFE