El consumo de bebidas azucaradas provoca la muerte de alrededor de 40,000 personas en el mundo, de las cuales 57% están relacionadas con la diabetes y 33% enfermedades cardiovasculares.
La epidemia de obesidad y diabetes en el país, que son generadas en gran medida por el alto consumo de refrescos y comida chatarra, ha provocado mayor vulnerabilidad de los mexicanos ante la propagación del Covid-19, acusaron las organizaciones que conforman la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA).
Esta mañana la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) publicaron un desplegado en el que asegura que son una industria responsable y resalta que 55% de sus productos son bajos o sin calorías y su compromiso para reducir de forma adicional del 20% del total de calorías en sus productos.
Atendemos al llamado a la unidad del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.#JuntosSaldremosAdelante ????????❤️???? pic.twitter.com/i8X6GCVOVH
— Industria Mexicana de Bebidas (@AnpracAC) May 26, 2020
Sin embargo, la ASA aseguró que dichas declaraciones forman parte d una estrategia de “maquillaje para hacerse pasar por una industria preocupada por la salud de los mexicanos en un momento que se ha demostrado, una vez más, el grave daño que han generado en la población mexicana”.
????COMUNICADO
— Actúa por la salud (@actuaporlasalud) May 26, 2020
En respuesta al desplegado publicado hoy por la #ANPRAC, desde la Alianza por la Salud Alimentaria recordamos que el consumo de sus productos provoca la muerte de alrededor de 40 mil mexicanos al año: https://t.co/BIPSF8rbKO
A través de un comunicado la organización apuntó que la estrategia para sustituir los azucares en sus productos es con el uso de edulcorantes no calóricos, que de acuerdo con diversos estudios, están relacionados con enfermedades del corazón y aumento de peso.
Ademas recordó que el consumo de bebidas azucaradas provoca la muerte de alrededor de 40,000personas en el mundo, de las cuales 57% están relacionadas con la diabetes y 33% enfermedades cardiovasculares.
En ese sentido recordó que la reducción del consumo de estos productos beneficiaría la salud de los mexicanos “no sólo para reducir las epidemias de sobrepeso y obesidad, también para fortalecer el sistema inmunológico”.