“No supieron ni qué les pegó”, celebró el mandatario luego de que cientos de personas protestaran en Washington por la muerte de George Floyd.
El presidente estadounidense Donald Trump criticó a las cientos de personas que se manifestaron afuera de la Casa Blanca por la muerte de George Floyd a manos de un policía en la ciudad de Minneapolis, y aseguró que el Servicio Secreto hizo un buen trabajo durante la protesta.
Además, acusó que la mayoría de los protestantes que se reunieron en Washington DC eran gente ajena al legítimo enojo que sienten miles de estadounidenses por el caso de abuso policiaco cometido en Minnesota.
A través de Twitter, el mandatario indicó que el Servicio Secreto se comportó con profesionalismo y frialdad.“Estaba adentro observando cada movimiento y no pude sentirme más seguro. Dejaron a los “protestantes” gritar y mostrar su furia todo lo que quisieron, pero en cuanto alguien se salía de la línea, les caían duro; ni supieron qué les pego”.Donald Trump
….got too frisky or out of line, they would quickly come down on them, hard – didn’t know what hit them. The front line was replaced with fresh agents, like magic. Big crowd, professionally organized, but nobody came close to breaching the fence. If they had they would….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) May 30, 2020
Acusa Trump a izquierda radical de estar detrás de la manifestación en la Casa Blanca
Donald Trump agregó que ninguno de los manifestantes intentó penetrar el terreno de la Casa Blanca saltando las rejas que le rodean, pero ante tal eventualidad “hubieran sido recibidos con los perros más crueles y las armas más amenazantes que se han visto”.
Asimismo, criticó que la alcalde de Washington D.C., Muriel Bowser, “quien siempre nos pide dinero y ayuda”, no haya enviado a la policía local para contener a los manifestantes alegando que era un trabajo que correspondía a la federación.
Trump también apuntó que los grupos que se manifestaron tristemente no tienen nada que ver con George Floyd y pertenecen a movimientos antifascistas y de la izquierda radical, por lo que pidió no echar la culpa de sus actos a otros protestantes legítimos.
Un día antes, Trump había llamado “matones” (thug, adjetivo considerado racista en algunos contextos) a los miles de furiosos ciudadanos que han protestado y realizado destrozos en Minneapolis tras el asesinato de Floyd.