“No es posible que uno esté en la incertidumbre, que no sepamos cómo evoluciona nuestro paciente, que nos digan en un momento que está bien, pero horas después digan que lo entubaron y mandaron a terapia intensiva”.
CIUDAD DE MÉXICO.- La última vez que Blanca Hernández vio a su esposo, Juan Pablo León, fue el martes 24 de marzo, ingresó al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán por una neumonía que se complicó, al otro día, la mujer recibió un mensaje: “di positivo a Covid-19”.
Blanca y Juan Pablo no tienen antecedente de viaje, tampoco estuvieron en contacto con algún caso sospechoso, “no tengo idea de cómo pudo contraer el virus”, cuenta a EL UNIVERSAL.
El miércoles 25 de marzo, un médico se comunicó con Blanca y le explicó que debía permanecer en confinamiento, al igual que los familiares que estuvieron en contacto con su esposo.
Pedí que le hicieran la prueba a mi papá porque es diabético, pero solo le hicieron varios cuestionarios, como no tenemos síntomas nos mandaron a casa”.
Ahí comenzó la falta de información sobre la evolución de su esposo, quien a pesar de no tener enfermedades crónicas como diabetes u obesidad, tuvo que ser entubado.
No es posible que uno esté en la incertidumbre, que no sepamos cómo evoluciona nuestro paciente, que nos digan en un momento que está bien, pero horas después digan que lo entubaron y mandaron a terapia intensiva”.
Para el día jueves, la mujer que trabaja en área de marketing de una óptica, insistió a los números telefónicos del hospital, pero solo le informaron que su esposo estaba en cuidados “semicríticos” de terapia intensiva.
Y relata:
Hasta las cuatro de la tarde más o menos, me habló una enfermera y me avisó que lo meterían a quirófano porque su situación se había agravado porque sus pulmones tenían demasiado líquido y debían drenarlo, que un médico me buscaría para pedir mi autorización, pero eso jamás pasó”.
Un familiar de Blanca acudió al INCMNSZ para pedir el parte médico de Juan Pablo, pero al no ser el apoderado legal no tuvo éxito:
“Un tío me hizo favor de ir al hospital, pero le dijeron que el estado de salud de mi esposo era información confidencial que solo me podían dar a mí, que absurdo, porque yo marqué muchas veces y no me dijeron nada”.
Ese fue el motivo porque el que la señora denunció en redes sociales la falta de protocolos que hay en el instituto para mantener informados a familiares de pacientes con Covid-19, horas después recibió la llamada de David Kershenobich, director del Instituto de Nutrición. Por lo que comenta:
“Me pidió disculpas, reconoció que están saturados y en una etapa de aprendizaje en la que por momentos se ven rebasados, acordó que Trabajo Social me mantenga informada sobre la salud de mi esposo, se acordó que me marquen dos veces al día, aún así siento que es insuficiente, pero es mejor a no saber nada de la persona que amas”.