La ventilación invasiva para el COVID19 (intubación que se hace bajo anestesia general) consiste en quedarse de 2 a 3 semanas sin moverse, muchas veces boca abajo (decubitus ventral) con un tubo enterrado en la boca hasta la tráquea, y que permite respirar al ritmo de la máquina a la que se está conectado.
No se puede hablar, ni comer, ni hacer nada de manera natural. La molestia y el dolor que se siente, necesitan de la administración de sedantes y analgésicos para asegurar la tolerancia al tubo durante el tiempo que el paciente necesite la máquina para respirar, esto durante un coma artificial.
Son 20 días de este “suave tratamiento ” en un paciente joven, y la pérdida de masa muscular es del 40%, y la reeducación del cuerpo será de 6 a 12 meses, asociado a traumatismos de la boca y de las cuerdas vocales.
Es por esta razón que las personas ancianas o ya frágiles no resisten a este tratamiento y mueren, al igual sucede con las personas obesas.
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