Conocemos hoy la versión de los quejosos, pero, ¿será toda la historia o sólo la mitad?
“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.Albert Einstein.
Lo ocurrido ayer en Apodaca, Nuevo León, cuando choferes de cuatro líneas de transporte urbano impidieron la salida de unidades de la empresa en demanda de que se les pague su salario íntegro y que trabaje el total de los camiones para evitar la saturación de pasajeros y los problemas de contagios por el coronavirus, es sólo la punta del iceberg.
Conocemos hoy la versión de los quejosos, pero, ¿será toda la historia o sólo la mitad?
Porque es fácil deducir que ningún empresario está peleado con sus ingresos y si los propietarios de las rutas están destinando menos unidades y pagando sueldos por debajo de los pactados, es sencillo deducir que tienen menos pasajeros y están tratando de ajustar sus ingresos a la demanda.
¿Será ese el problema?
Lo cierto es que la súbita cancelación del servicio provocó graves problemas de movilidad en un sector del área metropolitana en el que habitan principalmente trabajadores y que tuvieron problemas para llegar a sus empleos.
Algo debe hacer la autoridad para hacer congeniar los intereses de todas las partes y asegurar un servicio básico como lo es el transporte, porque a pesar de la cuarentena y las restricciones la ciudad se sigue moviendo y es básico el evitar las aglomeraciones.
Ayer los regios vimos la primera muestra de la crisis económica en ciernes. Fue sólo el anticipo, pero ya nos dejó ver, con toda su crudeza, la dura realidad que nos espera.