El juez utilizó como argumento el derecho a la objeción de conciencia que permite negarse a mandatos contra la moral individual.
“No puedo casar a pareja homosexual porque va contra mis principios”, ese fue el argumento del juez Ramiro Eliseo Flórez para negarse a efectuar un matrimonio por la vía civil de una pareja de lesbianas en Colombia.
Pese a que el matrimonio entre parejas del mismo sexo está permitido en Colombia y que la ninguna institución religiosa está vinculada a esta figura legal en el país, un juez se negó a cumplir con su labor argumentando razones ideológicas.
Luego de que las contrayentes -cuya identidad ha sido reservada por razones de seguridad- denunciaran, el funcionario fue entrevistado por Blu Radio, una emisora de noticias local, y lejos de retractarse, afirmó que prefiere agradar primero a Dios que al humano.
Al ser cuestionado sobre su ética como profesional de las leyes, Flórez se defendió asegurando que no incurrió en discriminación sino que hizo uso de su “comprensión de las normas”.
El caso ha hecho que el debate entre las personas que defienden la obligación de un funcionario a cumplir con las leyes, o la objeción de conciencia con la que el mismo puede poner por delante sus creencias e ideología para abstenerse de una labor.
De acuerdo con el sitio Pulzo, la ley colombiana define la objeción de conciencia como un derecho a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen los propios principios morales.
