Para poder invertir mediante ETF o fondos cotizados es importante trabajar con un buen bróker que disponga de una oferta suficiente de ETF y sea de absoluta confianza. Un ETF es un fondo cotizado, una clase de fondo de inversión que permite invertir en índices para conseguir la misma rentabilidad que ellos, una vez descontados los gastos.
Un ETF está compuesto por una cesta de valores que incluye todos los del índice que copia, da igual si es un indicador bursátil (S&P 500) de renta fija, materias primas, etc. Así es como evoluciona igual que el índice subyacente al que copia. De esta manera, no sólo es una herramienta genial de inversión, es que permite comprar un índice (ganar dinero cuando suba) sin tener que haber comprado todas las acciones que lo componen y en la misma proporción.
La gestión de un ETF es pasiva. Una vez que sale al mercado tienes la seguridad de que compras la evolución de ese índice y te despreocupas de todo lo demás. El creador del ETF se asegura de que replique al índice y, al tratarse de una gestión pasiva, es una herramienta de inversión barata para los minoristas.
Además, otra gran ventaja de un ETF es que cotiza durante toda la jornada bursátil, exactamente igual que lo hace el índice al que replica y a un precio de mercado. Así, puedes entrar y salir de un ETF varias veces durante la sesión y aprovecharte de la volatilidad de ese índice. O bien, puedes apostar por un índice determinado para 2021 y mantener sin coste alguno tu posición hasta que consideres que ha llegado el momento de hacer beneficios. Para ello necesitas un buen bróker que cobre bajas comisiones.
Así, los ETF que mejor lo hicieron en 2020 fueron los que replicaron a los índices que mejor lo hicieron en los mercados. Con un ETF puedes invertir en un sector o en activos más técnicos como pueden ser las criptodivisas o las materias primas agrícolas, por poner dos ejemplos. No en vano, el mercado de ETF supone hoy por hoy más de 5.000 alternativas y se estima que puede tener un valor de más de 5.000 millones de dólares.
Para inversores más avanzados, también hay ETF inversos, que sirven para comprar índices a la baja o índices que consideras que van a bajar y con los que quieres ganar dinero. Y, cómo no, ETF apalancados, donde se busca igualar la evolución de un índice, pero elevando la rentabilidad por ese efecto que produce el apalancamiento. Por lo general, en el nombre llevan el factor por el que se multiplica la rentabilidad, motivo por el que suelen utilizarse para operativas intradía.
El trading en ETF es parecido al trading en CFD
Con este tipo de operativas, el trading con ETF sería un poco como el trading con CFD, herramientas financieras que permiten invertir en el valor de mercado de un activo o índice de forma rápida y ágil con un desembolso mucho menor que el de la inversión directa en todos los valores del índice o pudiendo comprar activos que cotizan a precios demasiado elevados para un minorista como los futuros del petróleo o algunas criptodivisas como el bitcoin.
La gran diferencia es que este tipo de trading con ETF o CFD es más económico que el que se puede realizar con acciones porque las comisiones son menores. Del mismo modo, para inversores noveles, el trading con ETFs permite diversificar las inversiones porque se compran cestas de activos (todas las acciones de un índice) lo que reduce los riesgos de que toda la posición se centre en un único valor.
