A pesar de que su consumo se ha estigmatizado y la gente cree que es un alimento alto en grasas que dañan la salud, la carne de cerdo posee propiedades necesarias para una buena nutrición, señaló la académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María de la Luz Zambrano Zaragoza.
“Se cree que la grasa de cerdo es mala, pero es más benéfica que la contenida en la carne de res o ternera. Además, tiene ácidos grasos monoinsaturados, parecidos a los que se encuentran en los aceites de girasol, pescado, nueces y semillas; la única diferencia es que se solidifican a temperatura ambiente”, dijo en un comunicado.
Por su digestibilidad y contenido en aminoácidos esenciales, la carne de cerdo es buena fuente de proteínas de calidad con una proporción de hierro y zinc, entre otros minerales; así como de vitaminas del grupo B, especialmente tiamina y B12.
Agregó que las carnes rojas aportan potasio, hierro y fósforo, mineral importante para el buen funcionamiento y desarrollo de eritrocitos (célula sanguínea). Ésta, dijo, es una de las razones por las que se debe incluir en la alimentación.
Este tipo de carne, en particular cortes como solomillo, lomo y pierna, también es un alimento recomendable por su bajo contenido graso y aporte de lípidos oleico, palmítico y linoleico, los principales ácidos que contiene. Mientras que la chuleta, tocino y costilla tienen alto contenido de grasa y podrían contribuir al incremento de colesterol y triglicéridos.
Es por ello, que recomendó que se debe comerla máximo tres veces a la semana, como cualquier carne roja, salvo indicaciones médicas y combinarla con otros grupos de alimentos.
Zambrano Zaragoza recordó que en las décadas de 1960 y 1970 se atribuyeron aspectos negativos a esta carne, principalmente ser portadora de cisticercos. “Sin embargo, ya no es común que los cerdos tengan esta enfermedad gracias a las buenas prácticas pecuarias y agrícolas”.
Existen protocolos de bioseguridad como la certificación tipo inspección federal (TIF) y las granjas cuentan con medidas que reducen el riesgo de agentes infecciosos. Además de cumplir con las especificaciones para la alimentación de los animales y el manejo higiénico de la carne.
La universitaria expuso que México es el noveno productor de carne de cerdo, pero dadas las formas de consumo y los beneficios que representa, es necesario aumentar la cifra.