El crimen atroz de ayer que le quitó la vida a la joven universitaria Diana, causa una profunda tristeza, y sobre todo, una terrible indignación.
Con la investidura de gobernador, me sumo a la exigencia de esclarecimiento del caso y del castigo legal correspondiente a quien resulte responsable.
Como padre, esposo y hermano, me sumo también a esta causa justa e inaplazable.
Cualquier tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, debe ser erradicada por completo.
Esta lucha deberá continuar hasta que cada una de ellas pueda sentirse tranquila y segura en cualquier lugar a donde vaya.