La situación para la economía mexicana es, como poco, compleja. De acuerdo con los pronósticos, el cierre del año podría ser peor de lo esperado. Una situación que podría alargarse al comienzo del año, provocando una recesión en el país.
La economía mexicana no comenzará el año tan bien como algunos esperaban. Pese a las estimaciones que hacía Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la economía mexicana no ha alcanzado el 2% ni de lejos. Y es que, de acuerdo con los pronósticos de final de año, la economía mexicana cerrará el ejercicio con un crecimiento que oscilara entre el decremento (-0,2%) y el muy leve crecimiento (0,2%). En ambos casos, como decía, ni de lejos a ese 2% que se emitía desde el propio gobierno.
El mayor deterioro que ha experimentado la economía mexicana, debido a un peor comportamiento de determinadas partidas, así como la dudosa gestión llevada a cabo, ha acabado lastrando por completo la economía mexicana. Una economía que espera atravesar el 2019 de la misma forma que le empezó; es decir, con un crecimiento nulo. Un crecimiento que, de acuerdo con los pronósticos, podría llevar a que ésta comience el 2020 con una recesión técnica, registrando contracciones en el PIB.
Y es que, en un escenario en el que se registrase un mayor deterioro y el pesimismo se apoderase de la economía, de darse esa contracción del -0,2%, podríamos estar ante la posibilidad de que, junto a un primer trimestre con contracciones en el PIB, la economía mexicana se encuentre en lo que los economistas denominamos como recesión técnica; una recesión producida por contracciones en el PIB durante dos trimestres consecutivos. Una situación que, a su vez, podría poner en serios aprietos a una economía muy debilitada.
México, pese al trabajo realizado, precisa de una mayor actuación gubernamental. La debilidad de las instituciones es uno de los principales problemas que soporta el país. De acuerdo con los registros, el ingreso público sigue siendo insuficiente para incrementar la inversión pública; lo que, con caídas en el consumo, la industria, la construcción, sitúa al país en un difícil escenario para el comienzo del año. Un escenario que deberá afrontarse con mayor entereza de lo que se ha afrontado el año, así como con más rigor y una buena dosis de realidad.
Desde la elaboración del plan presupuestario, la economía mexicana poseía muchas vulnerabilidades. Unas muy optimistas previsiones del presidente también son parte de la culpa del malestar que vive México. Y es que, como recordamos, solo en las previsiones de ingresos que marcó el organismo, ya podíamos observar el gap entre la realidad y las estimaciones del gobierno. Unas previsiones que no se ajustaban a ningún escenario posible, y que han acabado incumpliéndose ante el deterioro experimentado.
Pero lo peor está por llegar. Y es que, la desaceleración que vive la economía mexicana podría no haber tocado fondo aún. Es decir, podríamos estar ante una situación en la que la economía, pese a los malos resultados arrojados, todavía podría verse más afectada. Una situación en la que estas variables que han provocado estos malos registros, puedan sufrir un mayor deterioro. En una situación así, como digo, podríamos estar ante esa recesión técnica, lo que dificultaría el camino para un país que se ha esforzado en salir de ese atolladero que atraviesa.
Atolladero que ya comienza a preocupar a la ciudadanía mexicana, pues en materia de empleo, el país atraviesa una situación, como poco, compleja. La creación de empleo en México se está paralizando. El país está viendo una fuerte caída en la creación de empleo en los distintos sectores, dado el peor comportamiento de los mismos. Esto afecta, por supuesto, a la ciudadanía. Ya que, si observamos los niveles de desempleo, podemos ver cómo en los últimos meses, el país ha experimentado repuntes en la tasa de desempleo. Una situación que, con un crecimiento nulo, resta oportunidades a un país anulado.
La situación para México, en estos momentos, se presenta, como poco, difícil. El próximo año, en su inicio, podría seguir alargando el malestar de la economía mexicana; sin embargo, se espera que este malestar no supera el primer trimestre y volvamos a ver un mayor dinamismo a comienzos del segundo trimestre. Situación que, sin embargo, no es buena para el país, pues seguimos sin saber cómo van a evolucionar esas variables y el impacto dañino que tendrán en el comienzo del año. Un impacto que podría poner, aún más, contra las cuerdas a la economía mexicana, así como a sus mandatarios.
A esto le añadimos la situación de la corrupción. Una de las grandes promesas del Presidente AMLO y que, al cierre del año, parecen no haberse cumplido tanto como prometían. Los distintos casos de corrupción en el país, desde García Luna hasta el hijo de el Chapo Guzman, han salpicado en el escenario internacional al Gobierno Mexicano. Y es que, ante los sucesos, se ha puesto en entredicho, cuestionando por completo, la capacidad del Presidente, así como su equipo de Gobierno, para acabar con la corrupción en el país. Una corrupción que, como siempre hemos dicho, sigue siendo uno de los grandes lastres de la economía mexicana, así como un claro detractor para la confianza internacional que precisa el país para la atracción de inversiones.