Nuevas aventuras del único político destapado para las presidenciales de 2024. ¿Es Fernández Noroña una opción electoral viable?
Que el corazón regule cadencioso el latido para que no lo alteren mentiras o patraña;
que el alma, dadivosa con los que no lo han sido, se entregue por entero, aun a la gente extraña.
Que todo sentimiento impropio me abandone, y acallado el deseo de ser yo, a mí renuncie,
hasta la misma ofensa más infame perdone, quedando desde entonces en beatífica paz,
y que un plácido sueño redimidor me anuncie que la pasión humana no ha de vencerme más.
Marilina Rébora.
#TieneRazónNoroña se volvió TT en Twitter hace unos días. Y no, no fue por convencimiento de los seguidores de la 4T o por el cariño demostrado hacia su persona de parte de la izquierda en nuestro país. Se convirtió en tendencia por la cantidad de mensajes que difundieron aquellos que no están de acuerdo ni comulgan con el gobierno encabezado por López Obrador. Muchas de esas personas usualmente, ya de por sí, son antagonistas en las redes sociales del diputado petista.
Se desconoce si el video donde el diputado insulta al “compañero presidente López Obrador” fue uno de esos momentos de encanijamiento por los cuales Fernández Noroña es harto conocido o tan solo es una misteriosa forma de volver a lanzar su alicaída campaña para ser presidente de la nación en un futuro próximo. Tal vez, en su faceta de librero, quiso emular al gran Quevedo por aquello de su “entre el clavel y la rosa, su majestad escoja”.
Lo cierto es que primero dijo que se trataba de una noticia falsa, para luego aclarar que habían sacado de contexto una de sus pláticas…
Es un hecho que sus comentarios suelen ser explosivos no importando la ocasión. Así, aun cuando el mismo “colega” presidente pidió en su mañanera que no se amenazara a ningún periódico (por aquello de la amenaza telefónica al rotativo Reforma), Fernández Noroña puso en sus cuentas de redes sociales que él de lo que dudaba era del diario y del hecho mismo. Lamentable que un servidor de la nación se ponga en modo de duda en un momento en que todos debemos anteponer responsablemente (al menos públicamente) la libertad de expresión y la seguridad de la población ante cualquier otra cosa.
Uno puede apoyar o no al legislador, pero reconozcamos que si la red del pajarito está llena de encabritamientos, acusaciones, adjetivos descalificativos y cuentas bloqueadas a diestra y siniestra, es por gente como él que le da por ofender a los contrarios, pero no aguantar las respuestas. En realidad el TT que el diputado se merece, si acaso alguno, es el de #NoroñaAmaPelear o un #ANoroñaLeGustaEscandalizar.
Inolvidable el momento (eso sí, fuera de redes sociales) en que el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, le demostró lo poco que conoce del proceso legal y lo mandó callar. Para alguien que presume conocer la ley, fue un evento bochornoso.
Tal vez su tuit más controversial tanto para sus fans, como para sus opositores fue cuando compartió su foto enseñando panza en un hotel de Nueva York. ¡Cómo llegó a tan peregrina decisión de enseñar la lonja, sigue siendo un misterio! La contundente petición de propios y extraños fue que no lo volviera a hacer. Ya antes, en un conato de pelea a las afueras de la Cámara de Diputados, Noroña fue captado vociferando y enseñando su protuberancia abdominal mientras no dejaba caer de su mano un apetecible tamal verde…
¿Generar polémica? ¡Por qué no! Muestra de ello fue su contestación a la opinión del actor Diego Luna sobre la percepción ciudadana en cuanto a la militarización del país. El histrión compartió: “La militarización de un país es una noticia aterradora. La seguridad pública no es tema de nuestro ejército o marina”; ante lo cual Fernández Noroña replicó: “Dieguito en la luna, al rescate de la Nación.” Curioso, mientras Luna apoyó a la 4T y López Obrador, el actor fue aplaudido por sus seguidores. Ahora que comparte su duda y preocupación, Fernández Noroña torna en socarronería su respuesta. Si quiso ser irónico, solo logró enseñar su intención de generar polémica.
Pero, ¿para qué? La respuesta es sencilla. Fernández Noroña, al igual que “su compañero”, viven del foco y de ser el centro de la atención. Por lo mismo, inigualable oportunidad de colgarse de la popularidad de un artista… (nadie niega el “jale” que tiene el político en Twitter —387 mil seguidores—, pero comparado al actor —2 millones 700 mil—, no es nada).
Y sus ganas de pleito —que no debate— quedan patentadas especialmente cada vez que alguien no lo menciona, pero toma sus publicaciones para esparcir su mala leche, uno de sus últimos ejemplos es lo siguiente: “Mamón. Ahora dirán que de las plañideras del chayote, pasaron a mártires del chayote. La amenaza debe investigarse, pero el uso perverso que hacen ustedes de ella es deleznable.” Todo porque Enrique Krauze osó decir: “Escribo en Reforma desde el primer número. Nunca he estado más orgulloso de hacerlo. Nos podrán volar, pero no callar”.
Seamos serios: si Fernández Noroña de verdad aspira (suspira, eso ya se sabe) por ser oposición viable desde el Partido de Trabajo o como candidato independiente a la Presidencia en 2024, que demuestre que sus lecturas han forjado un luchador de las ideas y no del insulto falaz, fatuo y personal. Para ello sería necesario que dejara, antes que cualquier otra cosa, el pleito constante y efímero. Con los seis años que tendremos de eso desde la palestra de Palacio, la ciudadanía quedará más que “satisfecha”. Lo garantizo.
Por cierto, Noroña sería en la presidencia un segundo López Obrador, por lo pleitista, pero francamente disminuido porque más allá de la única coincidencia —les encanta darse de catorrazos con quien sea— hay diferencias entre ambos. Sería algo así como la película Tiburón 2: el mismo monstruo pero sin dientes. AMLO es un dirigente popular verdadero, construido en numerosos combates contra todo el mundo, sí, pero también en muchísimo trabajo de organización durante más de dos décadas. El diputado, en cambio, no pasa del show en Twitter. Así que de darse el improbable evento de que Noroña ganara las elecciones presidenciales, nos llevaría a concluir que, otra vez, el filósofo del socialismo, Karl Marx, tenía razón: “Los hechos en la historia se dan dos veces. La primera, como tragedia; la segunda, como farsa”.