Póngase usted la mascarilla, aunque no la use (o no le guste) al presidente

0

¿Por qué se ha negado AMLO a utilizar este instrumento pudiendo dar una muestra ejemplar a la sociedad?

La frase del título tendría que haber sido un eslogan desde hace meses. Y no sólo por la expansión aún incontrolada de la pandemia del Covid-19 en México, los más de 55 mil fallecidos y los 560 mil casos, también y sobre todo porque pese a los estudios sobre el asunto, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la propia secretaría de Salud mexicana, el presidente López Obrador, salvo durante la obligatoriedad de los vuelos, se ha negado a utilizar este adminículo complementario pero de suma importancia para la contención del virus.

Desde la primera semana de junio del presenta año, la OMS reconoció un trabajo de 172 “estudios observacionales” realizado en 16 países y publicado en la revista The Lancet, donde se establece que el uso de la mascarilla o cubreboca de manera apropiada, reduce a un 7% el riesgo de contraer Sars-Cov-2 en caso de haberse expuesto a él; si no se utiliza, el riesgo aumenta a un 17%. Otros estudios y observaciones médicas han indicado que su empleo reduce hasta un 30% la posibilidad de contraer la enfermedad.

Pero, ¿por qué siendo una persona tan apreciada y con tanta popularidad se ha negado a utilizar este instrumento pudiendo dar una muestra ejemplar a la sociedad? Varias hipótesis. 1. Hay quienes dicen que es por mera obstinación, necedad o terquedad (una persona terca, como se dice en Tabasco); esta cualidad, aunque tiene su valor positivo también tiene su parte negativa y acaso sea demasiado reduccionista como explicación del problema. 2. Utilizar el adminículo a estas alturas podría significar -desde la perspectiva de los adversarios políticos y para su beneficio-, la aceptación del error de no haber recomendado su uso desde temprano en la pandemia y tener que tolerar la crítica correspondiente; esto es un tanto absurdo, de todas maneras sus opositores lo critican, atacan y calumnian por cualquier tema. 3. Por último, como el presidente ha establecido, ha querido presentar una imagen de ánimo, de no temor ante la población. Y esto no está mal, pero no tendría que estar reñido con el uso responsable y a manera de ejemplo de la mascarilla (punto sobre el que ha hablado Fernández Noroña –compañero en SDPnoticias y diputado federal por el Partido del Trabajo- en la perspectiva y en apoyo al presidente; lo trataré en próxima videocolumna). Lo incorrecto es que López Obrador dé recomendaciones de cuidado sanitario y siempre deseche hablar de la mascarilla o la minimice bajo la frase, “lo que diga el protocolo”.

La OMS ha establecido la importancia del uso de la mascarilla como un instrumento auxiliar, complementario pero muy importante dentro de la estrategia integral que incluye, ya lo sabemos, el lavado de manos con agua y jabón o con alcohol, la distancia física (la Susana Distancia tan ultrajada en México), y el aún vigente “Quédate en casa”.

Es indudable que el presidente y muchas figuras públicas tienen condiciones propicias para observar la distancia (lo que no siempre ha sido así, como ya heescrito anteriormente ), pero no el ciudadano común; la mayoría de la población. El transporte público, las idas al banco, al mercado y supermercado, la tienda de la esquina, la fila de las tortillas o la panadería, citas breves, etcétera, exigen el uso de la mascarilla; es necesarísima e impensable no usarla. Y todos tenemos que aprender a utilizarla de manera correcta; evitar la llamada “falsa percepción” de seguridad que induce al descuido. Quienes trabajan en jornadas laborales completas tienes sus protocolos y también aprenden a manejarse dentro de él.

El presidente de la república tendría que dar un mensaje positivo al utilizar el cubrebocas; que su ejemplo sea emulado. El 12 de agosto pasado dijo que si se lo recomendaran los expertos y los especialistas, lo utilizaría. ¡Pero si ya lo han hecho! Bajo presión de los medios, López Gatell lo ha recomendado ya reproduciendo retóricamente lo dicho por la OMS (y hablo desde junio; porque aunque el vocero de salud se haya referido al adminículo con anterioridad, nunca fue enfático ni propenso a él).

Ya lo he dicho aquí, he ejercido un apoyo crítico al cambio, al presidente y su gobierno, y en ocasiones, ante las crisis y la calumnias, ha resultado crítico dar ese apoyo sin reparos. En este punto de la mascarilla se trata de llamar la atención y reprobar su negación. Todos tenemos que aprender a ser responsables y utilizar este elemento tan importante en este tiempo de pandemia; y si se agrega la careta en ciertas condiciones, aún mejor. Porque queremos no sólo que se contenga la transmisión del virus sino “vivir para contarla”. Al eslogan primero tendría que seguirle la paráfrasis de una frase de la campaña presidencial: “Por el bien de todos, usemos la mascarilla”. 

Leave A Reply

error: Content is protected !!