“Mis manos son tan pesadas que apenas puedo levantarlas para peinarme o lavarme el pelo, es muy difícil. Vestirse también es muy difícil y doloroso”, contó Duangjay. La única cura sería amputarla
Duangjay Samaksamam, una mujer de 65 años de la provincia de Surin en Tailandia, sufre una condición extremadamente rara y dolorosa. Desde que tiene nueve años de edad, sus extremidades superiores han estado permanentemente hinchadas.
Caminar, lavar y peinar su cabello o incluso cepillarse los dientes, son tareas cotidianas que a Duangjay le resultan muy incómodo hacerlas. Según expertos, es la única persona en el mundo que sufre esta extraña afección de macrodistrofia lipomastosa, que le trae problemas desde el hombro hasta los dedos de ambos brazos.
“Mis manos son tan pesadas que apenas puedo levantarlas para peinarme o lavarme el pelo, es muy difícil. Vestirse también es muy difícil y doloroso”. –señaló Duangjay en una entrevista con Daily Mail en 2014–
La mujer denominada con “las manos más grandes del mundo”, asegura que desde su infancia siempre se ha sentido diferente y avergonzada por su condición. Pasó los primeros veinte años de su vida encerrada. No quería que nadie la viera y por miedo a ser juzgada por su aspecto, nunca fue a la escuela y nunca aprendió a leer.
Fue recién a los 20 años cuando se vio obligada a salir de su escondite en su habitación para hacerse cargo de la tienda familiar de comestibles y cuidar a sus padres ancianos.
Duangjay ha llamado la atención de muchos médicos de todo el mundo por sus enormes brazos y la acumulación de depósitos de grasa que se distribuyen en ellos, y la mayoría ha intentado realizar una cirugía para disminuir la hinchazón pero, ninguno ha tenido éxito.
Algunos médicos dijeron que la única solución era cortarme las manos si quería caminar libremente. Pero no quiero hacer eso”. –señaló a Daily Mail–
La mujer se entregó completamente a los doctores y estaba esperanzada de ver cambios. Sin embargo, en lugar de mejorar su situación, las cirugías empeoraban la condición.
“Durante la primera cirugía los médicos no retiraron el tejido completo. Solo abrieron mi brazo para verificar. Dijeron que no era algo demasiado grave, a pesar del tejido grueso y espeso en el lugar, entonces no removieron nada por miedo a dañar mis nervios. Tras cinco meses, mis muñecas comenzaron a doler mucho. No podía dormir”. –relató la mujer en la entrevista–
Uno de los cientos de cirujanos que se interesaron por la mujer fue el cirujano plástico, el Dr. Eiju Uchinuma. El hombre, impresionado por la condición dijo que “este caso es muy raro. Sus dos brazos están agrandados. Sus brazos y manos son enormes, por lo que se hinchan mucho, pero podría ser peor”.
Actualmente, Duangjay vive con su hermana y su sobrina. A pesar de todo el tiempo que ha pasado y los cientos de médicos y especialistas que la han visto, la mujer es consciente de que su diagnóstico es que ella es la primera y única persona en el mundo que lo padece y la causa de la enfermedad es tan rara y desconocida que simplemente, no hay cura.