FALSO QUE EL CORONAVIRUS VAYA A DESAPARECER EN ZONAS CON ALTAS TEMPERATURAS.

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PUES EN AUSTRALIA E IRÁN QUE TIENEN CLIMAS MUY CÁLIDOS LOS CONTAGIOS NO HAN FRENADO

México.- Tanto la Academia Nacional de Ciencias (NAS) de EE. UU. como un informe de China están aguando las esperanzas de que, como sucede con los resfriados y la gripe, la COVID-19 comience a desaparecer con un tiempo más cálido.

“Dado que países que están actualmente en climas de ‘verano’, como Australia e Irán, experimentan una propagación rápida del virus, no se debe dar por sentado que habrá una reducción en los casos con los aumentos en la humedad y la temperatura en otros lugares”, según expertos de la NAS.

Y un nuevo estudio realizado entre principios de enero y principios de marzo en 224 ciudades de China en que el coronavirus fue endémico respalda esa idea. Encontró que la transmisión del coronavirus no pareció cambiar con las fluctuaciones en la temperatura o la humedad diarias.

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“Nuestro estudio no respalda la hipótesis de que las altas temperaturas y la radiación UV [la luz del sol]puedan reducir la transmisión de la COVID-19”, según un equipo dirigido por Ye Yao, de la Universidad de Fudan, en Taiwán. “Quizá sea prematuro contar con que un tiempo más cálido controle a la COVID-19”.

El Dr. Robert Glatter, un especialista en medicina de emergencias que trabaja en el núcleo del brote de COVID-19 de EE. UU., la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo.

Los nuevos hallazgos “contradicen las afirmaciones de principios de febrero de que el virus desaparecerá ‘de forma milagrosa’ en abril cuando las temperaturas aumenten”, lamentó Glatter, que trabaja en el Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York.

Pero todavía hay motivos para la esperanza. Como anotó el equipo chino, hace mucho que se sabe que las infecciones respiratorias superiores tienden a aglomerarse en las estaciones más frías. Los motivos exactos no están claros, pero el grupo de Yao dijo que es probable que varios factores tengan algo que ver.

Al tener más días de sol, el verano podría aumentar los niveles naturales de vitamina D de las personas, lo que a su vez podría potenciar a su sistema inmunitario. También se piensa que los rayos UV del sol ayudan a eliminar a los virus como la gripe y el resfriado común. Además, la mayoría de los países dan vacaciones escolares a los niños en verano, lo que también puede reducir las tasas de transmisión, señaló el grupo chino.

Pero, ¿qué pasa con los coronavirus?
Como anotó la NAS el miércoles en un comunicado de prensa, “los estudios experimentales muestran una relación entre unas temperaturas y unos niveles de humedad más altos y una reducción en la supervivencia del virus de la COVID-19 en el laboratorio”. Pero la NAS también enfatizó que muchos factores más podrían influir en la propagación del nuevo coronavirus de una persona a otra.

Para averiguar más, el grupo de Yao realizó un complejo análisis de la propagación del nuevo coronavirus en China, lo que incluyó a la provincia de Hubei, donde comenzó la pandemia global. Compararon los datos epidemiológicos con las fluctuaciones en las temperaturas diarias y en la cantidad de luz solar, además de los cambios en la humedad.

En un informe del 9 de abril en la revista European Respiratory Journal, el equipo chino encontró que, tras ajustar por los niveles de humedad y UV, “la capacidad de propagación de la COVID-19 no cambiaría con un aumento en la temperatura”. De forma parecida, tras ajustar por la temperatura y la humedad, la cantidad de luz solar UV tampoco afectó las tasas de transmisión.

El equipo apuntó que esos patrones son similares a lo que se observó con otro brote vinculado con un coronavirus, la propagación entre 2012 y 2013 del síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM). En ese brote, los casos de SROM siguieron propagándose incluso cuando las temperaturas al aire libre en la Península Arábiga se dispararon a 113 grados Fahrenheit (45 grados centígrados).

“Otras enfermedades zoonóticas [originada en los animales]que han surgido recientemente, como el ébola o las cepas pandémicas de influenza, también han ocurrido en patrones impredecibles”, anotaron los científicos.

Pero el equipo de Yao enfatizó que su estudio no es definitivo, y “sin duda se ameritan estudios adicionales con un periodo de seguimiento más largo y un rango de temperatura más amplio”.

La NAS se mostró de acuerdo. “Unos estudios adicionales a medida que la pandemia se desarrolle aclararán más los efectos del clima en la transmisión”, comentó el instituto en un comunicado de prensa. Pero ahora mismo, su propia “consulta de expertos” sobre la naturaleza estacional potencial de la COVID-19 encuentra pocas evidencias concluyentes de que los casos vayan a reducirse a medida que el verano se acerca.

“Hay ciertas evidencias que sugieren que el virus de la COVID-19 podría transmitirse de forma menos eficiente en ambientes con una temperatura y una humedad ambientales más altas; pero, dada la falta de inmunidad a este virus en todo el mundo, quizá esta reducción en la transmisión no conduzca a una reducción significativa en la propagación de la enfermedad sin la adopción simultánea de importantes intervenciones de salud pública”, planteó la NAS.

La Dra. Miriam Smith es jefa de enfermedades infecciosas de Long Island Jewish Forest Hills, en la ciudad de Nueva York. Al leer el estudio chino, se mostró de acuerdo en que otros factores (y no la llegada del verano) podrían al fin frenar la pandemia de COVID-19.

“Hasta que se establezca la inmunidad grupal, haya tratamientos efectivos basados en las evidencias disponibles y se desarrolle una vacuna, es probable que el distanciamiento social siga teniendo un rol en la reducción de la transmisión”, añadió Smith.

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