Niños sirios que escapan de la guerra mueren por el frío

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Cientos de miles han sido desplazados por un asalto del gobierno sirio.

Las familias sirias que huyen de ataques aéreos y las tropas que avanzan en la provincia de Idlib duermen en la intemperie y queman basura, incluidos paquetes tóxicos para su salud, con tal de mantenerse calientes en el extremo clima invernal.

Así lo denunciaron voluntarios de Naciones Unidas y otros grupos humanitarios, que intentan ayudarlos a pasar la noche en ligeras carpas improvisadas.

Cientos de miles han sido desplazados por un asalto del gobierno sirio, apoyado por las fuerzas rusas, que ha acorralado a un número cada vez mayor de personas en un perímetro muy pequeño, cerca de la frontera turca, donde sufren rechazo.

Funcionarios de la agencia humanitaria afirman que se trata del mayor desplazamiento de civiles en la guerra que lleva cerca de nueve años. Los refugios y los suministros para atenderlos no son suficientes, más ahora, que deben sortear uno de los inviernos más crudos que se hayan registrado en la región desértica.

“Las personas están quemando todo lo que tienen disponible, cosas que a menudo son peligrosas para inhalar sólo para entrar en calor”, dijo el consejo noruego para los refugiados en un comunicado.

Socorristas informaron que 10 niños murieron sólo en la última semana en campamentos, que ahora salpican la zona fronteriza con Turquía.

Un flujo aparentemente interminable de automóviles y vehículos repletos de pertenencias de civiles que huyen atascan las carreteras. Algunos van a pie.

En el norte de Idlib, una familia de cuatro integrantes falleció el pasado martes por asfixia, luego de inhalar los vapores de un fuego que habían hecho con zapatos, ropa vieja y cartón, comentó un testigo a la agencia Reuters.

Hasta 3 millones de civiles están atrapados entre las tropas del gobierno sirio, que mantienen su avance, y la frontera cerrada con Turquía; ese país alberga a 3.6 millones de refugiados sirios y dice que no puede acoger a más.

“Seguimos escuchando historias de bebés y adultos que mueren como resultado del clima frío y la incapacidad para mantenerse calientes en plena guerra”, dijo Mark Cutts el coordinador regional humanitario de la ONU.

Las tormentas que cubrieron gran parte de Siria con nieve esta semana han empeorado la difícil situación de los desplazados. El refugio es escaso, con tiendas de campaña y carpas llenas de docenas de personas. Muchos de los que se volvieron indigentes tienen poco dinero para comprar combustible o calentadores que los ayuden a pasar la noche.

“Las personas están quemando todo lo que tienen disponible en su equipaje, cosas que a menudo resultan peligrosas para inhalar sólo para mantenerse calientes”, denunció ayer el Consejo Noruego para los Refugiados.

Mark Cutts, coordinador regional humanitario, adjunto a las Naciones Unidas para la crisis de Siria, comentó que la situación en Idlib es catastrófica.

“Seguimos escuchando las historias de bebés y adultos que mueren como resultado del clima frío y de la incapacidad de mantenerse calientes”, lamentó en sus redes sociales.

El antiguo terreno rural agrícola de la provincia de Idlib, el principal distrito de olivos de Siria, ahora luce como los barrios marginales en los bordes de las grandes ciudades congestionadas.

Las familias comparten carpas con hasta 30 o 35 personas, por lo que hay muy poco espacio, pero deben tolerarlo ante la falta de refugios en el norte de Idlib, en esta etapa de la guerra civil.

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