La edil de Allende decidió resolver el asunto y la solución fue cobrar 50 pesos por el acceso al paraje
“La conciencia es una voz interior que nos advierte que alguien puede estar mirando”.Henry-Louis Mencken.
Dicho hasta el cansancio, la ciudad más limpia no es a la que sus autoridades dedican mayores esfuerzos y recursos por mantenerla así, sino aquella en la que sus ciudadanos tiran menos basura.
Y nada más fue que les soltaran tantito la rienda a los regiomontanos para que se fueran en marabunta a disfrutar del Río Ramos, en el municipio de Allende, dejando tras su paso una enorme cantidad de basura y desperdicios.
Por fortuna no todos son así y hubo quienes denunciaron con imágenes y videos en redes sociales el mugrero que dejaron los paseantes, lo que obviamente terminó en el escritorio de la alcaldesa Patricia Salazar.
La edil decidió resolver el asunto y la solución, anunciada en un video en sus redes, fue el cobrar 50 pesos por el acceso al paraje. ¡Sensacional!
La idea es burda, torpe, inoperante, impráctica y lejos de arreglar las cosas terminará empeorando la situación, ya que ahora al pagar el ingreso y a sabiendas de que ese dinero está destinado al pago de la recolección de basura y desperdicios, los paseantes lo harán con mayor ímpetu y energía, “al cabo que ya pagué”.
Dijo también que se aplicarán sanciones, aunque para ello pidió a otros ciudadanos que denuncien a sus pares, lo cual tampoco es práctico.
Una opción más sencilla es anunciar la creación de brigadas de vigilancia, en las cuales podrían participar voluntarios, vestidos de civil, que informen a personal de Ecología Municipal sobre aquellas personas que tiren desperdicios en el área.
Otra opción puede ser el instalar cámaras de video en los puntos de mayor concentración de paseantes, y con esa prueba en mano esperar a que los cochinos vayan saliendo para informales que se han hecho acreedores a una multa, la cual pudiesen evitar si regresan sus pasos y limpian su relajito.
Pero 50 pesos de acceso no son solución ni terminarán con el problema. Patricia tendría que ser más creativa e inteligente, si en realidad quiere resolver su problema.