El arte también se vende

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No han sido incluidos en ningún apoyo o ayuda

Los conciertos musicales por streaming, han sido la salvación económica para los artistas en plena pandemia por el Covid-19, bueno, sólo para los encumbrados mundialmente, porque los que viven tocando en el restaurante, en el bar y en la cantina, han quedado desamparados, anhelando ver y conocer, cómo quedará el nuevo mundo, después del coronavirus.

Si todos (menos los adinerados), padecen una situación complicada, no quiere usted estar en los zapatos del trío, banda o conjunto musical que suelen ser un ente fundamental para el entretenimiento de las personas.

Los gobiernos se han preocupado por todos, bueno en apariencia, porque los artistas, no ven como acceder a algún financiamiento o fideicomiso público que les permita, sobrevivir ante la emergencia y el cierre de sus centros de trabajo para llevar la comida a sus casas y el arte a los que gustan de su talento.

Apenas en el mundo se comenzó a ver un movimiento proarte, para rescatar a estos personajes que sirven no sólo para entretener, sino para el desfogue de las emociones y las frustraciones. En Tampico, al sur del estado de Tamaulipas en el noreste de México, unos dos mil arreglistas musicales, ingenieros de audio, de iluminación y staff escénico, se manifestaron de forma pacifica para llamar a los tres niveles de gobierno a que velen por sus familias, por hoy piden un poco de ayuda económica, pero mañana, lucharan más enérgicamente para cambiarle el chip al espectador.

No se vale que los restauranteros les dejen tocar sin ofrecerles un pago. Ni que en el restaurante, sirvieran un platillo de degustación y si le gusta al comensal esperen a que regrese mañana para entonces si cobrarle la comida; los artistas son eso, gente que vive de su talento, como el chef, arquitecto, ingeniero o plomero, y no porque algunos lo hagan por hobby, como se cree, es lo correcto explotarlos sin reconocerlos.

Los olvidados de la pandemia son los músicos, no han sido incluidos en ningún apoyo o ayuda, basta de creer que nos deben regalar su trabajo, no debemos permitir que esto siga sucediendo, el gobierno debe encontrar una manera de ayudarlos, y ellos de solucionar también su problema es verdad, pero mientras sucede, hay que apoyarlos y no desampararlos. Más que suficiente sufren cada fin de semana, o con la mala cara que les ponen algunos cuando entran a cantar una canción en el restaurante.

Es lastimoso también, el que tengan que lidiar también con la mentalidad de algunos pseudo promotores culturales, la autoridad y la sociedad en general, que los quieren ver como un mero objeto de adorno.

Es un momento ideal para cambiar la mentalidad de los artistas y de todo el publico. Hoy por ellos, mañana por ti, en esta pandemia que amenaza no sólo con mermar la economía, sino también, con llevarnos al hambre. 

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