Los animales que han logrado sobrevivir a la ola de incendios forestales lo han hecho huyendo o metiéndose bajo tierra.
En Australia, más de mil millones de animales han muerto ha causa de los recientes incendios forestales, incluidos más de 800 millones de ejemplares en el estado de Nueva Gales del Sur, el más afectado por el fuego, según las estimaciones del profesor Chris Dickman, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Sídney.
La estimación de animales muertos incluye a los mamíferos, excluyendo a los murciélagos, las aves y los reptiles, aunque sin contabilizar a ranas, insectos y otros invertebrados.
Hace varias semanas, el profesor Dickman ofreció una primera estimación de al menos 480 millones de animales muertos, a consecuencias de los incendios forestales.
Teniendo en cuenta que los incendios han continuado en Australia, especialmente en el estado de Nueva Gales del Sur, el profesor Dickman ha revisado al alza su estimación hasta situarla en más de mil millones de ejemplares muertos, incluidas especies características como los koalas y los canguros.
“Creo que no hay nada igual que se pueda comparar con la devastación que está habiendo en una zona tan amplia de forma tan rápida. Es un acontecimiento monstruoso en términos de geografía y de número de animales afectados”, dijo Dickman a la cadena de radio estadounidense NPR.
“Sabemos que la biodiversidad australiana ha estado rebajándose durante las últimas décadas y es probablemente bien conocido que Australia tiene el mayor índice de extinción de mamíferos. Hechos como estos pueden acelerar el proceso de extinción para otras especies. Es un momento muy triste”, señaló.
Afirmó que los animales que han logrado sobrevivir a la ola de incendios forestales lo han hecho huyendo o metiéndose bajo tierra y ha avisado de que volverán a aparecer en zonas en las que ahora no hay recursos para que se alimenten.
En un comunicado, la Universidad de Sídney ha explicado que la estimación del profesor Dickman se basa en un informe de 2007 elaborado para WWF sobre el impacto de la pérdida de terreno que padece la fauna australiana en Nueva Gales del Sur.
“Los autores han empleado de forma deliberada estimaciones altamente conservadoras para hacer sus cálculos. La verdadera mortalidad es probable que sea mayor que la estimada”, señala dicho comunicado.