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#Opinión

Entre la vida y el dinero…

Karina Cancino

Ayer entrevisté a la señora María del Rosario Partida Herrera, mamá de Leonel -uno de los 13 fallecidos en la autopista Tepic-Guadalajara por la explosión de la pipa de gas LP-, y de Mayra Avilene Elizalde Partida, la única sobreviviente a la tragedia; le pregunté sobre la evolución de la joven y dice que no hay avances pero tampoco retroceso, sin embargo tiene esperanza, como cualquier otra madre la tendríamos ante una situación similar.

No imagino la desesperación y el dolor de ver a su hija en tal estado – el 96% de su cuerpo está quemado. Es un milagro que sus órganos funcionen aún en estas condiciones-; en estos momentos, seguramente desea reiniciar todo y volver al día en que Avilene crecía en su vientre…cosas de madres que te pasan por la cabeza, hasta por una gripita.

Dice que ella no va a firmar ningún documento de las aseguradoras que deben hacerse cargo de la situación de su hija, porque pide que le garanticen que será una atención integral, desde el primer día del accidente, hasta la rehabilitación de su hija -esperemos que así sea-.

“Yo no estoy pidiendo dinero para mí. Yo dije que no iba a firmar nada hasta saber qué debía proceder en cuanto a quienes fueron responsables de lo que se ocasionó, de quien ocasionó el incendio, la explosión, y esa no fue mi hija, murió mi hijo ahí también; que se hagan responsables porque esto no va a ser hasta que salga de ahí (del hospital), esto apenas va a iniciar, si la vida le da otra oportunidad”, dijo.

Claro que las aseguradoras de las empresas involucradas, y de los coches, se están moviendo, están haciendo su trabajo y llevando acabo acciones, pero hasta donde los topes económicos de los seguros lo permiten, y es lo legal. Está bien.

Pero la situación es muy compleja: la prioridad humana, es la sobrevivencia. Más difícil en medio de un sistema económico en el que la salud es el negocio, el poder.

Al día de hoy la familia de la sobreviviente debe poco más de 2 millones 700 mil pesos, y la cuenta sigue porque diariamente el cobro es mayor a los 500 mil pesos.

No hay aseguradora, ni dinero público que alcance, ni bolsa familiar que aguante. Pero la necesidad de vivir, es. Entonces me queda una duda: la familia debe firmar y quedarse con lo que dicen los topes de las pólizas de seguro, y dejar de luchar junto con su hija? Las empresas tampoco creo que tengan en este momento y por la pandemia, tanto dinero como para cubrir la desgracia -porque hay otras 14 personas que fallecieron y que sus familiares también tienen gastos-.

O debería el hospital en el que está la chica, mostrar también su responsabilidad social y apoyarla? -tampoco provocaron el accidente y es negocio pues, pero podría ser?-.

Hay que recordar que recibió en donación -ofrecida por el gobierno del estado en diciembre de 2008- el terreno que era propiedad del patrimonio público, con un área de 14 mil 198. 38 metros cuadrados, donde construyó su torre de especialidades.

Los y las diputadas de la XXIX legislatura local nos dijeron entonces que si les daban ese terreno tendrían acceso a los servicios de especialidad las personas afiliadas al recién desaparecido seguro popular, y se podría atender -ahora sabemos que el precio es muy alto- a los y las nayaritas, bueno eso fue lo que dijo allá, el ex diputado local y ex secretario de gobierno -y de salud-, Roberto Mejía Pérez.

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